En su mensaje de renuncia Srivastava concluye que:
«Se me ha hecho claro que el proyecto ya no confía en mí, y muchos consideraron que yo he sido el epítome de lo asqueroso durante años, manipulando votos a mi conveniencia. Eso lastima. También leo lo que dice el mundo. La cantidad de vitriol por ahí hace que sea imposible para mí participar en cualquier esfuerzo para recuperarme de este lío».
Por lo menos otros viejos desarrolladores del proyecto, Martin Krafft y Antti-Juhani Kaijanaho, dijeron que si se pide la dimisión de Srivastava, ellos también lo seguirán.