Para adaptar Word y que no infrinja esa patente, Office estaría fuera del mercado durante meses mientras se modifica el código.
Microsoft alega que aunque tenga éxito en la apelación, no será “capaz de recuperar los fondos gastados en rediseñar y redistribuir Word, las ventas perdidas durante el periodo en el que Word y Office estén fuera del mercado, y la disminución de la provisión de bienes de Microsoft en muchos clientes y proveedores industriales”.
Vamos, que no sólo será la hecatombe para Microsoft, sino para la economía en general, la salud nacional y la paz en el mundo.
En concreto, llegan a mencionar que estas pérdidas afectarían a Best Buy, Hewlett-Packard y Dell, que se enfrentarían “a la inmediata posibilidad de graves trastornos en sus ventas” al tratar de adaptar y redistribuir Word antes del 10 de Octubre.
Mientras, “los clientes podrían verse perdidos a la deriva sin un conjunto de software alternativo durante la etapa de re-desarrollo”. Porque claro, no hay alternativas a Microsoft Office…
Está claro que esto no es más que la típica maniobra de miedo, incertidumbre y duda que tan bien llevan a cabo empresas como esta, destinada únicamente a presionar las negociaciones en su favor para cerrar la demanda por la puerta de atrás. Veremos si les funciona, porque si no estaremos condenados a el Apocalipsis sin Word.