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Una solución que hace temblar al ratón

La Wii, de Nintendo, ha supuesto una revolución en lo que a videoconsolas se refiere, ya que, hasta su aparición, no existía nada igual en el mercado.

Su mando, inalámbrico y sensible al movimiento, permite jugar de una manera más natural, gracias a un sensor de movimiento con el que se pueden dirigir las acciones de la pantalla sólo con desplazar el dispositivo. Sin embargo, su campo no se agota en el ámbito de los videojuegos, e investigadores de la UA ya han diseñado un software para que las personas con problemas de motricidad o determinadas enfermedades puedan utilizarlo como ratón del ordenador.

La versatilidad del control remoto del mando de la Wii ha llevado a dos estudiantes de la UA, Cristian Hernández y Alberto Vicente Mangas, bajo la dirección de Antonio Manuel Jimeno Morenilla y Antonio Martínez, investigadores del grupo UniCAD, que se enmarca en el Instituto Universitario de Investigación Informática, a plantear en su proyecto de fin de carrera un software denominado Control Wiimote que permite que personas con problemas de motricidad puedan utilizar el mando de la consola de Nintendo como ratón del ordenador, pero con un filtro que permite corregir temblores o imperfecciones del movimiento para que no se trasladen a la pantalla.

Como explica el profesor Antonio Jimeno Morenilla, «el mando permite utilizarlo como ratón, incluso en el caso de personas con problemas de motricidad, ya que únicamente es necesario tener capacidad para agarrarlo y cierta movilidad». De esta forma, destaca que en su confección se ha pensado en personas con movilidad reducida, pero también en aquellas que presentan patologías como la enfermedad de Parkinson. En este sentido, las primeras pruebas se han realizado en centros educativos de Alicante que tienen matriculados a alumnos con discapacidad. De hecho, el profesor reconoce que «los propios docentes de Primaria y Secundaria se quejaban de que muchas veces tenían los medios y contaban con la última tecnología, como, por ejemplo, con pizarras digitales, pero después no los podían utilizar en el caso de que los alumnos estuvieran en silla de ruedas, ya que no se podían levantar y no estaban adaptados a personas con movilidad reducida».

El investigador reconoce que «en la Universidad de Zaragoza ya se había hecho algo parecido, pero con la diferencia de que, en nuestro caso, hemos diseñado un software que corrige las posibles vibraciones e imperfecciones del movimiento para que no se trasladen a la pantalla del ordenador». Y es que, como explica, «cuando ese temblor se traslada a la pantalla, el usuario lo percibe e intenta corregirlo, pero se pone más nervioso, lo que provoca más temblores. Sin embargo, si lo corregimos con el software, se sienten más tranquilos y seguros». De esta forma, comenta que, «si yo quiero desplazarme por la pantalla del ordenador, lo lógico es que lo haga en línea recta, pero, si tengo temblores, lo haré con oscilaciones. Sin embargo, a través de funciones matemáticas, se han conseguido eliminar las vibraciones y que se mantenga la tendencia general del movimiento. Para ello, se eliminan los componentes de alta frecuencia del movimiento y sólo nos quedamos con los de baja frecuencia, que son los lentos».

En principio, el software se ha diseñado para Windows y para Linux, ya que la intención es que no sólo lo puedan utilizar particulares, sino que también se incorpore a plataformas educativas, especialmente a LliureX, que es el software libre y gratuito que utiliza la Conselleria de Educación en los centros de la Comunidad Valenciana. Así, la tecnología tendría un coste cero para el usuario, ya que sólo tendría que adquirir el mando, que tiene un precio de unos 40 euros. Por otro lado, sólo necesitaría instalar el software, que únicamente es necesario ejecutarlo, y ya lo podría utilizar. Por otro lado, la persona que usa el mando no tendría que apuntar hacia el ordenador, sino hacia el transmisor de infrarrojos, que podría estar situado en el lugar que le resulte más cómodo, y que tiene como función reconocer la posición del dispositivo.

El principal objetivo de los investigadores, como subraya el profesor Jimeno, «es transferir la tecnología y no lucrarnos», aunque reconoce que sería necesaria financiación pública para poder continuar desarrollando el software, ya que, según precisa, «el filtro que incorpora en estos momentos el sistema se puede regular, pero es genérico, y lo que nos gustaría es que el filtro se pudiera adaptar a cada caso, ya que no es lo mismo una persona que tiene problemas motrices que una persona con Parkinson». Para ello, concreta que «hay técnicas de inteligencia artificial que permitirían adaptar el mando a cada caso».

 

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